Las estructuras organizativas en estilo de Red son una gran solución para interconectar ideas, proyectos, personas, grupos, empresas, estamentos y organizaciones en general.
El concepto de Red ha sido estudiado a través de años por los académicos en Investigación de Operaciones y ha entregado acertadas soluciones en áreas de la Administración de Empresas y la Ingeniería Industrial. Igualmente, las disciplinas relacionadas con la Ingeniería Electrónica y de Sistemas desarrollan conceptual y tecnológicamente las teorías de Redes.
En la última década hemos escuchado mucho hablar de redes gracias a la evolución de la Internet, la red de redes. Hoy en día muchas empresas desarrollan en su cultura organizacional el llamado "estilo de trabajo en red", el cual busca que todos los miembros de la organización se beneficien del permanente acceso a la información mientras se encuentran en sus puestos de trabajo. El intercambio de información, la cual salta del papel a la vía magnética y de esta al "flujo de información digital", está cambiando para muchas personas la manera de relacionarse no solo en sus trabajos, sino también con sus amigos, colegas, familiares y con el comercio mundial. En un futuro no muy lejano estaremos cerca del "estilo de vida en Red", lo cual marcará grandes diferencias con los estilos de vida experimentados por las sociedades a lo largo de la historia.
Aunque no es muy obvio, este tipo de forma organizativa, que pareciera ser exclusiva para las comunidades virtuales, científicas y electrónicas, entrega una gran oportunidad a las organizaciones sociales y a los grupos que comparen, incluso sin conocerse, afinidades y objetivos. La organización en Red permite crear lazos de conexión y comunicación, no necesariamente virtual, con unas características muy especiales. Quienes hacen parte de una red pueden mantener su independencia y autonomía, ya que el objetivo primordial es intercambiar información y crear facilidades para aunar esfuerzos en proyectos e intereses comunes. Esto trae grandes beneficios para grupos e individuos, en la medida en que se disminuye el riesgo de duplicar esfuerzos y darse cuenta de ello demasiado tarde. Por otro lado, este tipo de estructuras tienen un sentido plano y no vertical. Por lo tanto se evitan de entrada los problemas típicos de las jerarquías y las elites.
Las redes son pues, un mundo abierto para explorar y experimentar metodologías diferentes, en aras de compartir todo tipo de iniciativas que beneficien a la comunidad en general.
Cali, 7 de febrero de 2000. (Publicado en el Diario Occidente, pág.29).
febrero 07, 2000
enero 29, 2000
Olor Político
Por estos días empiezan a aflorar las invitaciones a reuniones, almuerzos, charlas y llamadas de viejos amigos, que desde hace tres años no aparecían. Los sábados dejan de ser familiares y las noches ya no son para noticias y telenovelas. Al menos eso les está pasando a muchos jóvenes universitarios y recién egresados que han mostrado capacidad de liderazgo, participación y gestión en la búsqueda de un cambio estructural en Colombia. País, que hemos heredado fragmentado y casi en coma, pero que no perdemos la esperanza de reconstruir para las futuras generaciones.
Los jóvenes actuales tenemos un gran reto, aunque no diferente al que tenían nuestros antecesores universitarios. Pues la historia demuestra cíclicamente que las características generales del país no han cambiado mucho desde hace varias décadas. Tampoco las generaciones de soñadores y empedernidos, muchos hoy frustrados frente a tanta confusión y crisis. El gran reto es la manera de enfrentar la política, lo público y hasta lo electoral. Pues el desgaste y desprestigio de los partidos políticos tradicionales han abierto las puertas para que cojan cada vez mas fuerza las propuestas alternativas e independientes. Llueven proyectos políticos de un lado y otro, algunos parecen más propuestas electorales y cortoplazistas, y otros más conceptuales e ideológicos. Unos parecen quedarse en lo simplemente pragmático, mientras otros parecen irse a los ámbitos visionarios y hasta utópicos.
De una u otra manera, ninguno parece tener color rojo o azul, o al menos eso dicen quienes los promueven. La gente esta cansada de los políticos tradicionales y sus vicios. De allí surge precisamente el gran reto que los jóvenes tenemos que empezar a enfrentar, abonar la semilla para cosechar a través de la democracia un resurgir de la ciudad, el departamento y la nación. Sorpresivamente para algunos, el llamado se les vino encima más rápido de lo que pensaban. Pues como toda democracia, la política no se puede concebir sin lo electoral, y a escasos nueve meses tendremos que salir y respaldar con el voto a quienes queremos que nos representen en las decisiones públicas.
Quienes aspiran a un cargo de elección popular empezaron desde ya la cuenta regresiva hasta octubre. Dicha carrera mueve el ambiente político en la ciudad y retorna la reflexión de la opinión pública frente a los mandatarios que queremos y que nos merecemos. El año empieza con agitación política progresiva y con nuevos retos para la juventud, que ojalá los enfrente coherentemente con el sentir de una ciudad que solo espera cambios y acciones renovadoras. Solo formulas frescas, alternativas, independientes y sobretodo transparentes, podrían retornar la confianza a una ciudad que lanza gritos de desesperación.
(Publicada en: Diario Occidente. Cali, 29 de Enero del 2000. Pág.31)
Los jóvenes actuales tenemos un gran reto, aunque no diferente al que tenían nuestros antecesores universitarios. Pues la historia demuestra cíclicamente que las características generales del país no han cambiado mucho desde hace varias décadas. Tampoco las generaciones de soñadores y empedernidos, muchos hoy frustrados frente a tanta confusión y crisis. El gran reto es la manera de enfrentar la política, lo público y hasta lo electoral. Pues el desgaste y desprestigio de los partidos políticos tradicionales han abierto las puertas para que cojan cada vez mas fuerza las propuestas alternativas e independientes. Llueven proyectos políticos de un lado y otro, algunos parecen más propuestas electorales y cortoplazistas, y otros más conceptuales e ideológicos. Unos parecen quedarse en lo simplemente pragmático, mientras otros parecen irse a los ámbitos visionarios y hasta utópicos.
De una u otra manera, ninguno parece tener color rojo o azul, o al menos eso dicen quienes los promueven. La gente esta cansada de los políticos tradicionales y sus vicios. De allí surge precisamente el gran reto que los jóvenes tenemos que empezar a enfrentar, abonar la semilla para cosechar a través de la democracia un resurgir de la ciudad, el departamento y la nación. Sorpresivamente para algunos, el llamado se les vino encima más rápido de lo que pensaban. Pues como toda democracia, la política no se puede concebir sin lo electoral, y a escasos nueve meses tendremos que salir y respaldar con el voto a quienes queremos que nos representen en las decisiones públicas.
Quienes aspiran a un cargo de elección popular empezaron desde ya la cuenta regresiva hasta octubre. Dicha carrera mueve el ambiente político en la ciudad y retorna la reflexión de la opinión pública frente a los mandatarios que queremos y que nos merecemos. El año empieza con agitación política progresiva y con nuevos retos para la juventud, que ojalá los enfrente coherentemente con el sentir de una ciudad que solo espera cambios y acciones renovadoras. Solo formulas frescas, alternativas, independientes y sobretodo transparentes, podrían retornar la confianza a una ciudad que lanza gritos de desesperación.
(Publicada en: Diario Occidente. Cali, 29 de Enero del 2000. Pág.31)
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