noviembre 30, 2001

Éxodo

Desde hace un par de años he escuchado mucha gente preocupada por el éxodo de profesionales colombianos. Francamente no le veo muchas razones a dicha preocupación. Lo verdaderamente preocupante son los profesionales colombianos en su conjunto, más que si vayan o se quedan.

El problema radica en que en Colombia tenemos profesionales sin sensibilidad social y sin sentido político. De esto se deriva lo que es peor: tenemos profesionales que no conocen la realidad del país donde viven. Más allá de saber que es un país inseguro y con desempleo (por eso se van) no han tenido la oportunidad (o no han querido) entender las causas del conflicto.

Es completamente válido que un joven profesional de 25 años esté preocupado por su calidad de vida, "que quiera un carrito bacano para salir con una hembrita, enamorarse y luego poder pagar el estudio de sus hijos", como me respondía un amigo hace poco. Eso no debe porqué tener nada de reprochable. Y si una vía para conseguirlo es salir del país, no le veo discusión. Emigrar y hacer su vida en un país extranjero es una opción, es una opción valida aquí y en cualquier parte del mundo. Lograr una estabilidad social y económica puede ser fuente de felicidad para muchos; y cada persona feliz, cada hogar feliz en el mundo es de por sí ya una ganancia para la sociedad. Si hay profesionales colombianos que pueden conseguir un buen empleo y solucionar sus problemas en el exterior, bienvenido sea su éxodo y su éxito. Que se vayan del país, que paguen impuestos por allá y que gocen de las garantías y la seguridad social que les ofrece un país desarrollado.

Ahora bien, dirían los preocupados: "pero es que esos son los profesionales que el país necesita para sacarlo adelante". Como quien dice, los únicos profesionales que se van son los buenos y los que se quedan son los malos. No lo creo. De igual y mejor calidad son los profesionales que se quedan en Colombia y que siguen trabajando como empleados o como independientes. No tenemos tan pocos profesionales como para que se nos vayan todos, ni el exterior necesita tantos profesionales como para llevárselos todos. Así que salir del país es una decisión personal, es una opción que cada cual toma de acuerdo a sus capacidades y sus oportunidades.

Además, para qué queremos en Colombia personas que viven añorando estar en el exterior, qué viven haciendo lo posible por tener un estilo de vida primermundista en un país subdesarrollado, qué sólo piensan en los dólares que pueden acumular para sus viajes al extranjero. Ese tipo de colombianos más pueden hacer por el país afuera que adentro. Y allí es donde está la verdadera preocupación, los profesionales en Colombia no saben en que país viven y de esa manera sus esfuerzos poco contribuyen a la crisis del país. Si los que se quedan, por buenos profesionales que sean, se quedan ejerciendo sus labores sin ningún contexto social y político tampoco le hacen bien al país. Así que en este caso, lo preocupante no sería sólo el éxodo sino la permanencia de los profesionales en Colombia.

Lo reprochable entonces no es que se vayan. Lo reprochable es que se queden pensando que viven en el país de las maravillas. Los colombianos debemos entender que nacimos en un país conflictivo y con graves problemas sociales y políticos que han desencadenado un terrible conflicto armado. Y a los que se queden viviendo en el país hay que exigirles que actúen consecuentemente con esto. Pero obviamente que no se puede exigir de lo que no se tiene. La educación en Colombia no forma ciudadanos contextualizados, sólo capacita (sin entrar a discutir si lo hace bien o mal) personas para que se ganen la vida.

Es decir, repito, que el problema no es el éxodo de profesionales sino la actitud de los profesionales que se quedan. Y esto si es bien difícil de solucionar porque es, además, cada día un agravante más de la guerra y una barrera más para la transformación del país.

noviembre 23, 2001

La cadena de la paz

(Respuesta a un mensaje de correo electrónico -transcrito abajo-)

No es un secreto que Colombia se encuentra en difíciles condiciones de seguridad y que muchos colombianos hemos tenido que cambiar nuestro estilo de vida y actividades por la permanente amenaza de los actores armados en el país. Es bastante reconfortante que en los últimos años pareciera que mucha gente se ha logrado sensibilizar en torno al conflicto y lanzar expresiones con los medios a su alcance, en este caso Internet. Sin embargo, muchos de esos comunicados, a mi entender, apelan más a la emoción que a la razón y son elaborados con pocas certezas y conocimiento de las causas de nuestro conflicto social y armado. En este sentido creo que terminan siendo más dañinos que útiles. En la carta anexa se habla, por ejemplo, que el desempleo y subempleo superan el 65%, ¡por favor!, nuestra cifra de por sí es dramática pero por fortuna no ha superado, en el último año, el 20.5% (desempleo) y el 30.3% (subempleo) según el DANE.

Ahora bien, el comunicado dice que "Internet es nuestra arma", ¡vaya arma!… en Colombia sólo el 1.5% de la población es usuaria de Internet. En Latinoamérica los internautas somos el 3.2% y en el mundo sólo el 8.4%. Seguramente el autor de la carta estaba teniendo en cuenta el comportamiento de la población en países desarrollados como Estados Unidos y Canadá, donde sí podríamos decir que aproximadamente la mitad de la población usa Internet, si es que esto es significativo para llamarla la "gran fuerza internacional utilizando la fuerza de la unión". Claro que esa es una apreciación que no me sorprende debido que muchos colombianos hablan y planean sus proyectos como si vivieran en otro país, no se dan cuenta todavía de las reales condiciones del país donde viven.

Y para rematar hay muchos convencidos y convencidas de que la solución al problema es que fuerzas internacionales armadas "vengan a rescatarnos antes de perder lo poco que nos queda". Como si estuviera la comunidad internacional interesada en resolvernos un problema que los colombianos no hemos sido capaces de resolver por nosotros mismos. Conflictos mayores (de alcance global) bien ocupados los tienen.

Además afirman que "la solución comienza acabando con la guerrilla y sus cultivos ilícitos que financian sus operaciones", lo cual de hecho es necesario y parte de la solución pero no la solución definitiva ni la raíz del asunto, ya que son más bien consecuencias de factores internos más graves. Claro que poco sabremos nosotros desde nuestros escritorios de la otra mitad de colombianos y colombianas que están por debajo de la línea de pobreza (55% en 1999 según datos del World Factbook de la CIA, el informe de Fedesarrollo no fue más alentador*). Pero bueno, démosle espacio a la ilusión y supongamos que un gobierno de mano dura (como andan promoviendo por ahí) "acabe con la guerrilla", ¿Qué pasa después?, ¿Se quedará este país con paz permanente?. No lo creo. Un país históricamente excluyente, con inmensos problemas socioeconómicos y políticos, y con tan altos antecedentes de violencia, difícilmente no enfrentaría en poco tiempo mayor descontento social y otros brotes guerrilleros. Los economistas han demostrado que crecimiento económico no es lo mismo que desarrollo; y en estudios económicos serios, como el de "El conflicto armado en Colombia: una aproximación de teoría de juegos" **, demuestran que en esta guerra juegan actores armados desde una lógica económicamente racional y se observa claramente la importancia del factor de redistribución del ingreso como parte esencial de la solución. Esto sin incluir la barbara y sangrienta exclusión política que daría para otro estudio.

De esta manera, la verdadera solución del conflicto colombiano proviene de reales reformas a las estructuras políticas, sociales y económicas; pero eso no se hace sólo ni nos sale gratis. Eso no nos lo van a arreglar los gringos, ni el gobierno, ni la guerrilla. ¿Entonces quién?, buena pregunta, la sociedad civil sigue dormida u ocupada en otros asuntos. Somos muy ilusos si pensamos que vamos a cambiar el país desde nuestras oficinas enviando mensajes por Internet.

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* El 55 por ciento viven hoy en la pobreza. En el campo las cosas son peores, el nivel de pobreza se ubica en 80 por ciento. Pero no son las únicas cifras. La miseria también aumentó. Las cifras revelan que el 21 por ciento de la población colombiana vive en situaciones de extrema pobreza. Informe de la Encuesta Social de Fedesarrollo (1999), publicada en Semana.com

** Yuri Gorbaneff, Departamento de Administración, Dr. Flavio Jácome, Departamento de Economía. Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas. Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia.

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El mensaje que me llegó por Internet:

> Colombianos !!!
> ¡¡¡Somos prisioneros de guerra!!! ¡¡ Pero no todo está
> perdido...!!
> Estamos amenazados por:
> · Guerra
> · Secuestro
> · Crimen
> · El Caguán, zona tolerada para el cultivo y negocio de drogas
> ilícitas
> Resultados:
> · Miedo generalizado. Nadie se atreve a viajar por tierra, nadie
> sale de noche.
> · Pérdida de valores. Pregunten a los niños (¡¡no a nuestros
> congresistas, por favor!!)
> · Pobreza. Pérdida de más del 50% del patrimonio de los
> colombianos.
> · Quiebras y cierre permanente de empresas.
> · Medio país embargado.
> · Índices negativos de crecimiento. Colombia entrará nuevamente en
> recesión.
> · Desempleo y subempleo en los niveles más penosos del mundo
> (supera 65%)
> · Más de 1 millón de compatriotas ya han abandonado el país.
> · Más de US$10,000 millones se han ido del país.
> · Injusticia, muerte, terror&!!
> No tenemos ni tendremos un estado capaz de arreglar esta locura.
> Somos 40 millones de civiles prisioneros de una guerra que nunca
> termina. La solución comienza acabando con la guerrilla y sus
> cultivos ilícitos que financian sus operaciones. Quitemosle sus
> fuentes de financiación y su maniobrabilidad se va al suelo.
> Hay que meter una fuerza internacional que en dos semanas acabe con
> El Caguán antes que El Caguán acabe con nosotros.
> Hagamos una gran fuerza internacional utilizando la fuerza de la
> unión. El Internet es nuestra arma. Como lo hizo la población china
> con la tecnología del fax después de las masacres de la Plaza de
> Tiananmen.
> Vamos a hacer un movimiento de opinión para que a través de un
> plebiscito
> Fuerzas Militares de las Naciones Unidas vengan a rescatarnos
> antes de perder lo poco que nos queda.
> Si Ud. está de acuerdo, envíe o reenvíe este mensaje a cuantos
> amigos quiera (dentro y fuera de Colombia) y a
> dirnoticias@canalrcn.com. RCN mantendrá informado al país del avance
> de esta propuesta. Uds. se imaginan el poder del Internet para
> acabar esta locura en que nos tiene metidos el gobierno Pastrana?
> La inmensa pero silenciosa y atemorizada mayoría.

octubre 15, 2001

La perversa política como medio de autodestrucción del planeta

El mundo se encuentra aprisionado por los medios de comunicación. La televisión, la radio, la prensa y la Internet se encuentran saturados de noticias sobre la guerra. La gente espera ansiosa las noticias y por dentro sólo desea desesperadamente que las consecuencias del terror impuesto por Bin Laden y Bush no sean masivas y devastadoras.

El pánico hasta ahora ha sido mayor que los efectos del supuesto ataque con armas biológicas. Han sido cuatro los sobres reportados oficialmente con contenido de las esporas de la bacteria que produce el Anthrax. Uno en las oficinas de American Media en la Florida, otro en la NBC de New York, uno más en la oficina del senador Tom Daschle en Washington, y el que llegó a una sede de Microsoft en Nevada. Estos son los que oficialmente se han reportado, no sabemos cuántos más han llegado fuera del alcance de los medios ni cuántos más llegarán en los próximos días, en los próximos meses, ni en los próximos años; pues esta guerra puede irse para largo. Esto sin contar que la única amenaza no es el bioterrorismo, sino también las armas químicas y peor aún las nucleares, todas estas agrupadas por lo que los organismos defensa estadounidenses llaman las Armas de Destrucción Masiva (WMD - Weapons of Mass Destruction).

La realidad mundial actual es una fiel descripción de la intolerancia y de la incapacidad de los seres humanos de convivir pacíficamente. Desde la lógica humana es completamente inaceptable, incomprensible y reprochable. Sin embargo, la lógica que maneja al mundo no es la que llamanos humana (al menos no es el significado que le quisiéramos dar), el planeta Tierra es manejado por la lógica del poder, de la posesión territorial, la imposición cultural y la incomprensión religiosa. Algunos dirán que es la lógica de la política, y en cierto sentido tendrían razón. Pero es la perversa lógica de la política, la cual a su vez, bien practicada, es la única que en términos de convivencia humana podría salvarnos de la autodestrucción y la guerra.

junio 28, 2001

La gota que llenó la Copa (América)

El secuestro del vicepresidente de la Federación Colombiana de Fútbol y miembro del comité ejecutivo de la Confederación Suramericana de Fútbol, Hernán Mejía Campuzano, puso el punto final a la ilusión de los colombianos de realizar la Copa América 2001. Dice el gobierno y los medios que los responsables son las FARC. Pero también dice el gobierno y parte de los medios que "no se puede ligar este secuestro con la Copa América". Lo mismo argumentaron para evitar (o dilatar) la decisión cuando colocaron la bomba en el hotel donde estaban las oficinas de la Copa en Cali. Y lo mismo dijeron cuando estallaron los petardos en Bogotá, y estos son sólo dos ejemplos.

Qué todo siga igual. Esa parece ser la postura del estado colombiano frente a los acontecimientos que cada día cobran más víctimas a la sociedad. Y lo aún más triste es que esa parece seguir siendo la postura de millones de colombianos que aún no quieren darse cuenta que viven en un país en guerra. Basta con mirar lo que ha pasado con el Acuerdo Humanitario, con la entrega de soldados y policías "prisioneros de guerra". Sólo hay que ver la postura del Mono Jojoy frente a las declaraciones del gobierno. Darse cuenta de la fuga de los guerrilleros presos (¿prisioneros de guerra?). El secuestro del líder indígena, el asesinato de otros dos líderes indígenas en esta semana. Y es mejor no seguir, basta con abrir un periódico para engrosar la lista.

Pero si de alguna manera se puede decir que esto es independiente de la Copa América pues no se puede decir que es independiente de la guerra que se vive en Colombia. Y claro, el torneo se iba a vivir en Colombia, es decir en guerra. Eso no se puede desconocer, aunque nuestros mandatarios parezcan vivir en otro país. Y la guerra tampoco es independiente de los colombianos, sobre todo de quienes aun vivimos en estas tierras con cada vez más miedos y tristezas.

Pero la vida sigue (no para todos, por supuesto). Hoy es Hernán Mejía y mañana será otro colombiano. Hoy es la Copa América y mañana será cualquier otro evento. Y nosotros seguimos pensando que este "país de las maravillas" da para todo, aguanta de todo.

¿Cuál va a ser la gota que va a llenar la copa de los colombianos?, ¿Cuándo le vamos a hacer frente a la guerra que vivimos en nuestro país?.

febrero 15, 2001

Colombia para 'primiparos'

Es muy fácil hacerse el loco y no darse cuenta de lo que pasa en nuestro país. Es mucho más fácil aún, no darse por enterado de porqué pasa lo que pasa en Colombia. Si no me cree, mire alrededor.

Llegar a la Educación Superior no garantiza hacerle frente a la situación que está viviendo nuestra patria. Es más, sí quiere hacerse el loco y no preocuparse por todo eso, ha llegado al sitio preciso: La Universidad. Tanto los que entran como los que salimos, somos igual de mal educados.

Pasar por la Universidad no es realmente algo tan difícil. Sí lo que quiere es un diploma, hay varias formas de conseguirlo y seguro que en unos 5 o 6 años podrá estar empezando su vida profesional. Algunos lo hacen estudiando lo que les dice el profesor. Otros lo hacen estudiando lo que les dice el compañero. Y muchos incluso, lo hacen si estudiar. Así mismo como consiguieron salir del colegio. Disciplinados e indisciplinados, juiciosos y perezosos, creativos y despistados, todos con algún esfuerzo tienen posibilidades de terminar. Después de seis años de estar en la Javeriana, observo sólo dos constantes en quienes culminan sus estudios aquí: las ganas de tener el cartón y su desconocimiento de la ciudad, el departamento y el país donde viven.

Así que el problema real no es si se obtiene o no un título para ser profesional javeriano. Tampoco lo es la dificultad para obtenerlo. El verdadero reto es qué le va a aportar usted a la sociedad colombiana dentro de un lustro. En el sector público o privado, en una organización local o multinacional, como empleado o independiente; donde sea usted va a tener asegurada su comida, pero millones de sus compatriotas no. Y usted sin saber porqué. Como tampoco sabrá porqué Colombia terminó el año 2000 con 38.820 víctimas de la violencia, un 7% más que las registradas en 1999. Ni porqué de sus 25.000 compatriotas asesinados, el 10% fue por violencia política. Ni menos se enterará de las masacres, la mayoría cometidas por los paramilitares, que dejaron 1.226 víctimas (algo así cómo todos los estudiantes de Ingeniería Industrial de la Javeriana).*

Eso no se lo enseñan en la Universidad, eso no es necesario saberlo en Colombia para ser Asistente de Mercadeo, Psicóloga Organizacional, Analista Financiero o Gerente de Producción. Esas respuestas no estarán en las clases de su carrera, pero seguro que si podrá encontrar bastantes pistas en las oportunidades que le da estar en un privilegiado ambiente universitario. No lo desaproveche.

*Cifras tomadas de El País de Madrid, Sección Internacional, 31 diciembre 2000.

(Publicado en El Clavo, edición especial No.2, febrero 2001)

febrero 05, 2001

Y se casó mi hermanita

El domingo, mientras sonaba la puerta de la nevera y yo abría los ojos, pensaba que mi hermanita se había levantado temprano a desayunar. Al rato, cuando el guayabo me dejó parar de la cama y saludar a mi mamá, caí en cuenta que mi hermana debía estar desayunando en un avión rumbo a su luna de miel.

El cura no pronunció las palabras esas de que "sí alguien tiene algo… que hable ya o calle para siempre", parece que son sólo para las películas. De todos modos nadie podría contener tan solemne y emocionante acto, que sin importar los regaños del cura logró generar en mi rostro prolongadas sonrisas como reflejo de la felicidad de Ana Milena.

El arroz a la salida de la iglesia es ya sustituido por las burbujas de jabón, me imagino que gracias a la globalización y muy a pesar de las palomas colombianas.

Con la querida familia de Jorge Alberto brindamos y celebramos por los novios y por la esperanza de mis futuros sobrinos y sobrinas. Comimos, bebimos, bailamos y gozamos. La torta estaba deliciosa, tenía la sazón de madre y el recuerdo de cumpleaños de antaño.

Y menos mal no escribí nada para el brindis, porqué de alguna manera sospechaba que me tocaría alternar con las experimentadas plumas de Jan Arb o Jotamario. Además, mis palabras tan sólo hubieran alcanzado para una columna en El Clavo (y eso tras luchar con el Consejo Editorial).

Ahora esperemos que cambiemos de estatus: que los padres pasen a ser abuelos y los hermanos pasemos a ser tíos.

enero 09, 2001

Sobre "La Virgen de los sicarios"

(Carta a la Revista Semana sobre columna de María Isabel Rueda)

No acostumbro a leer a María Isabel Rueda. Las pocas veces que leí sus columnas me dejaron lejos de sentirme tentado a volverla a leer. Sin embargo, no pude contenerme de leer lo que decía de La Virgen de los sicarios, como lo he hecho con muchos otros que la han comentado públicamente.

Parecería que se hubiera equivocado de cinta al referirse a un "argumento superficial" y que "tiene muchos visos de ser real, sin serlo." Todos sabemos (tal vez no todos, pero muchos) que en Colombia no asesinan por que sí, ni le escupen a la estatua de Bolivar por que sí. Pero también sabemos que dentro de este complejo y conflictivo país si pareciera que las cosas pasaran por que sí, y eso es lo que nos muestra la cotidianidad y algunas películas colombianas. Además, sabemos también que en Colombia los presidentes si salen en la televisión por que sí y hasta que muchos escriben en revistas por que sí. Parece que María Isabel vive en otro país. Tal vez en el mismo país en el que cree que vive Andrés Pastrana.

Ojalá la Señora Rueda no "se deje tentar" con ver Amores perros. Presiento que su comentario sería tan desafortunado como el que hace de la película de la novela de Vallejo.

enero 01, 2001

Desde el olvidado Chocó, Colombia

Saludo de comienzos de 2001

Afortunadamente las tarjetas ya no llegan en papel, aunque (la mayoría) las reciba cuando ya no es Navidad, pues por esa época huyo del olor a compras. Mi buzón de correo-e (inbox) las acumula al lado de los si frescos saludos de año nuevo.

Esta vez escapé a la costa pacifica, a la zona de Bahía Solano (Ciudad Mutis), El Valle y la Ensenada de Utría, en el olvidado departamento del Chocó.

Las bellezas y sorpresas de la naturaleza nos recuerdan que la vida seguirá siendo un misterio que el hombre no ha podido entender ni entenderá. El mundo marino es tan colorido e impactante como la fauna y flora de esta húmeda zona tropical rica en biodiversidad. La zona es todo un espectáculo natural.

Los "paisas" que se enamoraron de esa tierra y se quedaron, dicen que por allá todavía se respira tranquilidad, que no ha llegado la guerrilla ni (por consecuencia) los paramilitares. Lo curioso es que en Bahía hay una base militar y el muelle lo frecuentan botes de la Armada Nacional.

Los indígenas Embera bajan con frecuencia de sus comunidades de orillas de río en la serranía del Baudó para intercambiar sus escasos recursos agrícolas en los pueblos de negros pesqueros apegados a la costa. El cruce de culturas tiene limites como lo tiene el cruce de aguas dulces con saladas.

El olvido y la miseria son fácilmente perceptibles en esta zona donde los negros y los indios nos recuerdan que hacen parte de un país que no conocemos. Que viven (o sobreviven) de acuerdo a cosmovisiones que no entendemos y que mucho menos respetamos. Ellos conviven con fuerzas naturales y exóticas especies que nos muestran cada vez más claro lo que nuestros ojos occidentalizados no pueden ver: Que la lógica política, económica y social a la que le hemos creído, nos lleva a cada vez más guerra, infelicidad y destrucción.

Sin embargo esas mismas fuerzas de la vida también nos invitan a reconstruir, a invocar a la esperanza y a seguir trabajando por calidades de vida más dignas y armoniosas.

El reto es cada vez más grande y mi saludo de nuevo año es una invitación a dejarnos llevar por caminos de vida y no de destrucción, a dejarnos invadir por la sensibilidad para convivir y respetar al otro. A que no dejemos de soñar. Y a que pongamos a esos sueños ropa de trabajo.