enero 31, 2005

María, llena eres de gracia

EL OSCAR QUE SUPERÓ LA MULA
La gracia de Catalina
(y la desgracia de María)


"Si hago una película comercial y además gano el Oscar,
me empiezo a preguntar dónde diablos fallé"
Woody Allen

Uno tiene que ser sincero cuando le piden un comentario sobre la película "María, llena eres de gracia": es una producción gringa, dirigida por un novato director californiano, filmada en Ecuador, con inexpertos actores colombianos, y avalada por Hollywood a través de HBO films. Pero también es un deber añadir que la verdadera importancia de la película es el tema, el cual expone una faceta de la desgracia del narcotráfico que evidencia el drama de las "mulas" colombianas que arriesgan su vida para satisfacer un mercado extranjero.

Todos sabemos que hay mejores películas colombianas, también con grandes actuaciones y temas de suma relevancia, pero ninguna ha sido filmada por una productora comercial como HBO, y por lo tanto ninguna ha tenido la oportunidad de estar en cartelera para ser vista por tanta gente fuera de Colombia.

Claro que no hay que quitarle el merito a Catalina Sandino, una prospera y talentosa actriz a la que se le apareció la virgen María. Catalina es muy joven y muy linda, y sabe que si sigue igual de "bien rodeada", la fama y la fortuna serán más que un pronóstico. Con sus 24 años y sabiendo la ignorancia de los colombianos sobre el tema, no se le puede criticar tan severamente qué no tenga ni idea del complejo fenómeno socio-político que enmarca las causas y consecuencias del narcotráfico y la mal librada "guerra contra las drogas". El Tino Asprilla la defiende cuando se confiesa con la revista Cromos: "el que diga que no es fácil volverse loco con todo lo que me pasó a mí a la edad de 22 años, es un mentiroso".

Aunque la competencia es dura (Annette Bening en "Being Julia", Imelda Staunton en "Vera Drake", Hilary Swank en "Million Dollar Baby", y Kate Winslet en "Eternal Sunshine of the Spotless Mind"), leyendo entrelíneas las declaraciones de Catalina se puede deducir que sabía de la nominación, y que los amigos de sus amigos en Hollywood le están dando muchas esperanzas para el próximo 27 de febrero.

A muchos se les olvidó la importancia de que a Catalina, haciendo el papel de la mula María, la estén viendo por todo el mundo. María representa uno de los eslabones más frágiles y más sufridos del tan rentable negocio internacional de la cocaína y la heroína. Y demuestra también la poca relevancia que le damos; la misma Catalina, cuando el día de la nominación le preguntaron en Caracol quién es María para ella, no dudó en responder: "la que me está llevando al éxito". Nos bajamos de la mula para subirnos al Oscar.

A otros nos corresponde decir que mientras las erradas políticas antidrogas comandadas por la DEA mantengan su rotundo fracaso, de Colombia seguirán saliendo más Marías que Catalinas. La utilidad del negocio sigue siendo gigantesca, de 1 dólar por kilogramo de hoja de coca en los campos colombianos se puede llegar hasta los 20,000 dólares por kilogramo de cocaína en las calles de Nueva York. En el intermedio se derrama mucha sangre y se corrompen muchos sectores de la sociedad. Con tales márgenes de ganancia, para satisfacer la demanda de las 200 millones de personas que consumen drogas ilegales en el mundo, siempre habrán ingeniosos inversionistas dispuestos a arriesgarlo todo y a pasar por encima de todo. Mientras no haya más y mejores oportunidades agrícolas para los campesinos cocaleros seguirá valiendo la pena correr el riesgo de sembrarla. Mientras no creemos más y mejores oportunidades desde la legalidad para los millones de trabajadores explotados por intereses de minorías particulares, habrá siempre espacio para quien corre el riesgo de morirse de mula.