El tono de la propuesta (“Tu distancia siempre ayuda a ver con otros ojos las cosas del país”) me recordó inmediatamente a Serrat, y a un admirador de Serrat. Recordé cuando hace como cuatro años pasé por la oficina del profesor Hernando Llano (a quién lastimosamente no le leemos su Calicanto en el Periódico El País de Cali desde que se le ocurrió, hace también como cuatro años, escribir algo un poco fuerte sobre las elecciones del 2002 y el candidato favorito, Uribe. No le publicaron su columna, y le cancelaron el contrato). A Hernando le sorprendió que me fuera del país, pero me dijo: “De lejos, dicen que se ve más claro… diría Serrat”.
Desde lejos, es posible que se vea más claro. Pero mi Colombia, de hecho, se ve más turbia. Mi país se ve borroso y oscuro. A veces un poco tenebroso. Puede ser efecto de la distancia, aunque si uno lo mira cartográficamente, nuestra Colombia se ve con un poco de distorsión en el contexto del Sur. A mucha gente en el Norte le está empezando a llamar la atención el viraje a la zurda que está dando Latinoamérica, y podría decir que hasta se ve con buenos ojos, por lo menos con visibilidad mediática.
Mis visiones podrían ser tan sólo una imagen virtual. Aunque no se necesita la distancia para caer en juegos de visiones e ilusiones. Cuando hablo con la gente en la calle, visitando pueblitos y plazas de mercado; me da la impresión que al país al que se refieren los mandatarios en televisión es otro, es uno que está tal vez en su virtualidad y en la de sus amigos.
No veo televisión por cable (ni satélite) y aunque tengo acceso a internet, durante el último año no he visto noticieros ni he escuchado muchos programas radiales de Colombia. Leo algunos periódicos y revistas colombianas on-line, pero sobretodo me alimento de fuentes internacionales, muchas de las cuales hacen seguimiento detallado de lo que pasa en Colombia, Latinoamérica y el mundo. Además, en el exterior, uno se encuentra mucha gente de diversos países, muchos muy bien formados e informados, y no faltan las tertulias donde se comparten experiencias y donde uno no deja de sorprenderse de las cosas claras o turbias que pasan en la lejanía.
Y a pesar del pesimismo que me puede generar mi distante mirada de la realidad colombiana, la campaña electoral me han generado un emocionante optimismo. Veo mucha gente decepcionada con el gobierno actual, veo mucha gente que ya no come cuento, veo mucha gente que le va a apostar a otra propuesta. Percibo que esta vez la izquierda acertó con el candidato y que mucha gente se está dando cuenta de que quienes tenemos ideas socialistas no comemos gente. Creo que se abre una oportunidad. Y creo que Colombia la va a aprovechar.
Diego Porras
Ottawa/Gatineau, Canada
Mayo 22 de 2006
* Escrito para LaLocaDeLaCasa (http://www.lalocadelacasa1.blogspot.com)
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