octubre 26, 2009

El agua en la Luna y la democracia en la Tierra

El pasado 9 de octubre dos proyectiles de la NASA (la agencia espacial de Estados Unidos) impactaron la superficie de la Luna. El gobierno estadounidense, con el objeto de buscar agua, se atribuyó el derecho a perforar la Luna. Algunos científicos sospechan desde hace rato la existencia de humedad en la Luna y esto los ha animado a continuar la búsqueda. Los proyectiles alcanzaron el cráter Cabeus A, cerca del polo sur de la Luna, donde el cohete Atlas, de 2.3 toneladas, fue el primero en colisionar provocando un hueco de 20 metros de diámetro por cinco de profundidad y una nube de polvo y escombros en la superficie lunar. Cuatro minutos más tarde lo siguió una sonda, de 891 kilogramos, equipada con instrumentos científicos que buscarían evidencia de hielo en las partículas que se desprendieron de la superficie lunar por el impacto del cohete. Hasta la fecha la NASA no ha mostrado imágenes del experimento, pero comentó que el impacto fue un éxito. Los resultados están en estudio.

Para evitar polémicas, desde antes de poner en marcha la operación, la NASA había anunciado que el impacto, a una velocidad de 9.000 kilómetros por hora, no representa ningún riesgo para la superficie ni la atmósfera de la Luna. Sin embargo, de comprobarse la existencia de agua en este satélite natural las consecuencias para la humanidad serían de gran importancia. El experimento preveía que 350 toneladas de material se elevarían a unos 10 kilómetros de altura y esto permitiría recolectar evidencias para salir de dudas sobre esta importante misión que sólo podría traer beneficios a la posibilidad de establecer bases habitables por astronautas en la Luna. Amanecerá y veremos…

¿Cómo hacemos para entender que el ser humano, a través de la agencia espacial del país (aún) más poderoso, gaste cantidades impresionantes de energía en buscar agua fuera de nuestro planeta? Asombroso e impresionante para algunos. Inexplicable para muchos. Innecesario para otros. Al fin y al cabo una búsqueda incierta, difícil, explicable para mí solamente a través de un símil: la búsqueda de indicios de democracia en la Tierra. Mientras unos buscan evidencias de agua en la Luna otros buscamos evidencias de democracias en la Tierra. Así de simple, al ser humano le gustan los retos difíciles, inalcanzables a simple vista.

¿Habrá agua en la Luna?, ¿Habrá democracia en la Tierra? Las evidencias son mínimas, son simples sospechas pero son pocos los indicios serios. La búsqueda continúa y mientras tanto los poderosos del mundo se seguirán atribuyendo derechos en la tierra y el espacio, a nombre del futuro de la humanidad; y porqué no, a nombre de la incomprensible e inexistente democracia.

No hay comentarios.: